“Ustedes han estudiado y se sorprenden de no entender lo que hago, y es que yo, que también he estudiado, todavía estudio y trabajo sin parar. No creo por lo tanto en la improvisación, nada se improvisa y no confío en que la inspiración pudiera reducir mi labor, ya que ésta me tiene que ser concebida como un añadido.”(Antoni Gaudí )... Esta frase puede resumir lo que hoy en día entiendo como arquitectura después de una breve trayectoria: la arquitectura es sacrificio y aprendizaje, un esfuerzo continuo que se convierte en una manera de vida. Nunca se deja de aprender y descubrir y creo que es ésto lo más apasionante de la profesión, sin embargo, no creo en la arquitectura como consecuencia de una inspiración, ésta no es algo fortuito si no el resultado del análisis y la búsqueda de una solución al problema o como dijo Alejandro de la Sota hablando sobre el Gimnasio Maravillas: “Creo que el no hacer arquitectura es un camino para hacerla y todos cuantos no la hagamos, habremos hecho más por ella que los que, aprendida, la siguen haciendo. Entonces, se resolvió un problema y sigue funcionando y me parece que nadie echa en falta la arquitectura que no tiene” . Dos arquitectos y dos épocas distintas con una opinión que perdura. Por otro lado, creo que es fundamental alcanzar el equilibrio entre esta racionalidad con el disfrute, el hacer de la arquitectura un divertimento, una pasión y una entrega a los demás.